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Mostrando entradas de mayo, 2021

Somnolienta cola del tiempo

 Somnolienta cola de tiempo que roza el día. Misión de los segundos.  Lanzas con pico de botellas vacías, ¿A dónde? ¿Existen mares aún? ¿Las mandíbulas del desierto dejaron algo? A través de la costra dura del cielo, deslizan los distintos pasados... Arena con cianuro para melancólicos... ¿Qué hay de los edificios con cruces? Tal vez la caca de las palomas cubrieron sus portales... Pérdidas... Hay una luz no nacida que destella como lámina de luna, durante el mediodía. Alto en el día.  Como si trepar lo que nos toca tuviera nombre de día... Como si luego de ser expulsado por el útero de la criatura día, hubiera acogida. Aún en la muerte sobrevendría el aburrimiento, el estorbo, el colapso. La somnolencia.  Chapa que quema al sol pero no alumbra... Lo que crepita no es el sol...

Gris manantial

                                                             Gris manantial Sentado en una silla hecha a medida  (con la misma madera  tal vez con la que se hizo la cruz de Cristo) espero como un reptil las horas,  en el viejo cuchitril del tiempo.  La ropa por ahí  como escombros la felicidad sombría, altanera incompartida la madeja de silencio en el estómago el laberinto de yo mismo la habitación cerrada  donde el ocaso se cuela en el piso de madera, a veces como esperanza otras como amenaza.  En el armario las puteadas inhibidas por la educación el respeto censurado por la investidura la cloaca, el claustro, los cementerios el terreno prometido, el pais ajeno la lotería de los domingos, el anacronismo de los sentimientos los santos, los vagabundos toda falta de amor propio. La cobija del asesino l...

Bestias no

                                                         BESTIAS, NO Tanto un lunes   como un martes,  o un miercoles pero sobre todo  a partir del jueves allí los encontrarás...  Amuchados como hormigas astronautas  hurgando en el botiquín del cielo, apenas alumambrados por la luz de un enfermo amanecer.  Arrojados al barro del llanto en el salón con olor a pedo del infierno.  De miradas líquidas, suplican y asesinan a su vez con su espera.  A los muertos sólo se les permite  tener Sed, eso ya lo sabemos. A falta de bastones tienen botellas mundos de almas sin mundo  que reposan  a sus lados  entre el rancherío.  Bestias convertidas por la bestialidad ajena  en  bestias, la chismosa inteligencia... Bestias, no.  Dios es el más Poronga, Ellos no...  Fósile...

El tirador

 Un tirador me andaba buscando para matarme durante la madrugada,  y me encontró. Andaba suelto por ahí.   No me alarmé, ni petrifiqué mis sentimientos, al ver  su figura. Fue esta mañana después del amancer hora boba de trámites  suicidas de tiempo completo  y no me  eché a correr. No me pidió alzar las manos.  Correr es el desgaste que traté de evitar toda mi vida.  Correr por algo  es el verdadero ladrón de destinos. Sin camuflarse, ni nada, salió  de atrás de  aquel coche estacionado. Nadie se le acercó. tiró desde la vereda de enfrente a unas masetas, y me guiñó un ojo.  Ninguna luz se encendió alredeor.  Fingí valentía y aunque no me arrodillé era como estarlo pero de pie.  Con un andar atlético, bicho en su hacer, me puso el arma en la sien. Luego me susurra en el oído "Mato tus palabras, que son las  fuerzas contrarias que te gobiernan, fulmino  a las fuerzas mal sanas que se apoderan de ti...

Padre

 Suena el acecho  como avalancha que se prepara, Padre...  Si todos los espejos no tuvieran tus distintos rostros... Tal vez este magma que algunos insisten en  mezclar con agua sucia sacada de cualquier parte estuvieran en lo cierto.  Sí, pertecemos a cualquier parte,  con este o aquel suceder del decir que siempre resulta afrenta el machacar los reveses... Los aciertos  al revés... Esta esencia de  cognac nunca probado,  esta forma de lactancia,  de petulancia  y de ausencia a la vez, que siempre fuimos. Fantasma que ronda  el origen, una casa tal vez   el horno de un veneno  futuro y roto y siempre  siempre temprano  y próximo.  Que  nunca supimos lo sueños respectivos  de uno y otro  sólo nos arrojamos retazos de espejismos calumniados lamentos, leños de gruñidos viejas envidias transgeneracionales, tripas frías,  cosas tan cosa,  tiros a la espalda. Unos chiquilines......

No es la estaca

 No es la estaca lo que duele. Lo que revuelve las entrañas de lo innombrable. Es la palabra hueca, que no mata lo que lastima... Lo que daña es el horror de plumas pesadas.  El alrededor de los días. El mismo hedor humano con el fragancia de lo cotidiano. El mismo hartazgo conocido el mismo cinto ajustando la cintura de la nada... Poder nombrar decir vuelve humano aquellos imborrables desiertos  que aullan en la noche... Ansias de regresos ocultos.  Como lobo y luna, así memoria y recuerdo. Qué papel podrá envolver  esta lágrima fugitiva. Risa y llanto anidan en la misma mano. Poder decir, no alcanza... Poder vivir, no alcanza... Frente a la cornisa,  un pájaro planea  lo que aún Dios ignora... Pero saber, no alcanza... Estar en el abismo no mata, sólo mastica.

Como esa barcaza

 Como esa barcaza  que  deja atrás,  árboles futuros, pastizales pasados enmarañada maleza de siempre, a la hora que las voces callan  o encallan en la niebla en  la hora del silencio que vive en los muelles en el caldo,  en la poción justa... Hallar que no es mágica, mucho menos reveladora, la terraza inhóspita  donde  aún la encuentro donde sigue tallada hermanada como  raiz  y cielo, la luna ahí tal cual la dejé antes de nacer, Madera gastada. Así imaginó mi mano  Tocando la madera gastada casi blanca.  Despellejada. Entre canales retorcidos una canoa,   la figura de curvosas alamedas   Legua fronodosa  recoveco nunca tocado por algodones manchados si, por un brio manso de un anaranjado sin límites cabalgando en fila india  en finas cuentas, en un espiral rosado del rio. El arpón surciendo, día a día,  las heridas de un  matón invisble, inevitable  que no lamenta  existi...

El tiempo es un mero decir

 El tiempo es un mero decir. Lo que acontece nos desconoce  se descose de nosotros, al fin...  Y reconciliar con el silencio todos los silencios podridos que nunca callan que nunca callarán es como intentar frenar nieve en erupción... Un fuego blanco atravesando la costa, la tumba  la vereda el cemento, el lamento. Lo que no se va con el mero decir tiempo... Y que si aparece el corsé en la silueta de la sombra, la tomaré por las piernas.  Sin avisarle. Morir con el pulsar o ponerse de las agujas, una tarde. Y no avisar.  Ser exacto.  Aunque el tiempo es un mero decir... Carta carne hipótesis lo que se aborrce, lo que no... De  avisarme que sería una mascota para el universo, también lo hubiese aceptado. Llevo los garabatos de mi memoria como un jardín que siembra futuros, porvenires plagados de pasado, también ... Nos cose el derretimiento del mero decir tiempo.  

No leas este blog

 Si ponés en la barra buscadora  de arriba  porvecchio.blogspot.com  te vas a encontrar un espacio  donde publico mis poemas, relatos, cuentos, fermentos...   Pero por favor  te pido,  te lo suplico de rodillas  No leas este bloog  si no sentíste que el trote del mundo te gatilla en la cabeza  si el sueño te recibe cortesmente sin requerir de tu parte noches o días de insomio. Por favor, seguí de largo... Si el desacierto y el temor no te picaron como mosquitos en los brazos    hasta dejarte ampollas te lo ruego, deja de leerme en este preciso momento... Si esperas que te enseñe algo, que te entretenga que te  aconseje mantenete lejos, con la distancia irrespetuosa de los que no se quieren y nunca se querrán.   en el bloog  no vas a encontrar mis palabras sino sus hachazos provocados en la corteza del papel hechos con saña con venganza dulce  con el amor propio que mezcla todo ahora tras una pantal...

Edén de abismos

 Este campo reducido, minado por espinas este deslizamiento curvoso que resbala en una sábana. Este estar tan repleto.  Este chimpance ciego que trepa desde el fondo de mí mismo, desde los tiempos helados.  Mira por mí esta sangre que a veces dudo si es sangre. Nunca vi la sangre correr dentro de las venas.  No me sirve para nada (la mala nada) la fe abstracta. Ni los campazazos hacen retornar los sentidos. Mucho menos resaltarlas. Una meseta con chillidos, lamentos de cuchillos gargajos de verdades en el centro de la mente. ¡Edén de abismos! ¡Náusea privilegiada estar vivo! ¿Cómo ser uno con el viento y aprender su oficio? Caminar la caída quieta, permanente secarse en el manantial quieto gota paso gotas de paso ¿Yo elegí esta forma de no vida por amor a la vida? Bajé los muñecos de la repisa del cielo y me quedé entre aullidos. ¡Edén de abismos!