Duro

 Duro como el cartel apagado del cielo

duro como un disparo en el destino,

como un sol duro

que borra con baba vaginal

las huellas de la certeza.


Duro el abismo de un cenicero vacío

en una mesa sola con la luna incendiada

en la ventana apenas entreabierta

a la existencia. 


Duro 

como la caída del primer hombre al mundo

duro como su primer día de clases...


Duro duro duro

como el fondo de las cosas perpétuas...


Duro como un Dios que corre en la sangre de la Historia

Duro como las costillas de cristo en una parrilla cualquiera. 


Duro como los labios fulgurantes de la muerte

los labios

que reflejan dianas

en las horas ociosas de la pantalla. 

Duro el humo del cigarrillo

que suelta el amo en su mediodía 

duro el llanto eterno  en los ojos de los perros 

cagado a palo por otro perro

cagado a palo a su vez,

por otro perro. 


Duro como el asfalto líquido del porvenir

Duro el calor enfermo, vampiro

que roe el alma

en el verano. 


Sí. Duro. 

Pero... 

Una intuición. 

Una presunción.

Un aroma.

De que yace adelante

libre de horizonte.

Libre de materia, 

Algo.


Navega sobre una cabellera espumante

danza como una camarera 

entre abominables pesadillas

Diurnas. 

Entre hombres con formas mitológicas

agazapados en la penunmbra

que olvidaron la luz en un recuerdo...


No es un ella...

No es un él...

Pero sé que flamea en su cabellera espumante

la noche como país,

y danza, prófugo de los calvarios

el sueño de todos los seres. 


Sé que danza... 


Y que disipara todas las calamidades del mundo

y que disipará todas las calamidades del mundo

y que disipará todas las calamidades del mundo...


Y que sólo veré su destello, finito casi invisible

doblando en esa esquina que jamás transitaré...

 


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carne de tu carne

Más real que la luna

Padre